sábado, 7 de maio de 2016

LITERATURA DEL SIGLO XIX

1. EL ROMANTICISMO


CONCEPTO Y ORÍGENES DEL ROMANTICISMO

Se conoce con el término de Romanticismo el movimiento cultural que se opone a los principios característicos de la Ilustración y que es resultado de la profunda crisis social e ideológica en las primeras décadas del siglo XIX. Frente a las normas se postulará la rebelión del individuo y la exaltación del YoPara concretar el período romántico suele aludirse a un manido tópico que afirma que entre 1770 y 1800 "Europa se acostó absolutista y neoclásica y se levantó demócrata y romántica”. Los principales acontecimientos que precipitaron este cambio fueron los siguientes:

La Revolución Industrial inglesa (1760-1840), que desarrolla una clase burguesa y sienta las bases del liberalismo. Con el impulso del maquinismo, surgen las grandes industrias y crece el proletariado. Laconsolidación del capitalismo explica las tensiones sociales de estos tiempos. Por otro lado, el liberalismodefenderá la libertad económica, las libertades individuales y la soberanía popular, surgiendo también lasreivindicaciones de las clases obreras (Manifiesto comunista de Marx y Engels).

- La Revolución Francesa (1789), que proclama los principios de libertad, igualdad y fraternidad; y permite el acceso de la burguesía al poder político en Francia.

- La Revolución Americana con su Declaración de Independencia (1776), que hace de los derechos del hombre su centro y establece la república como forma de gobierno y al pueblo como fuente exclusiva del poder.
Así, paralelamente a estos acontecimientos, destaca el auge de los nacionalismos europeos: Grecia, Alemania, Italia.


2. CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA ROMÁNTICA

El Romanticismo en literatura significa libertad, en la elección de la forma y en la elección del contenido. Se trata de una literatura revolucionaria por cuanto supone la liquidación de la norma clásica y la enemiga de los neoclásicos.

A) CARACTERÍSTICAS IDEOLÓGICAS


 Subjetivismo y Egocentrismo.
El rasgo distintivo del movimiento romántico es su arraigo en lo subjetivo. El principio de organización es el sujeto, concebido como Yo individual. 
Si la razón tiene sus límites, son necesarias otras formas de conocimiento, que para los románticos son la intuición, la imaginación y el instinto De ahí la importancia de emociones, sueños o fantasías que permiten bucear en el inconsciente para descubrir allí los impulsos no racionales. Frente a la razón, se levanta ahora la bandera del sentimiento.

• Libertad.
El reino de la libertad absoluta es el ideal romántico

 Insatisfacción y Desengaño.
La exagerada afirmación del Yo conduce al romántico al aislamiento, a la soledad

• Evasión.
Para escapar de ese mundo en el que no encuentra cabida su idealismo extremo, el romántico opta por escapar de esa realidad inmediata que no le gusta.
• Nacionalismo.
Los románticos, que han perdido la fe en los valores absolutos tradicionales, encuentran un asidero existencial en la revalorización de un espíritu comunitario que los ligue a su entorno. Es ahora cuando sereivindican los conceptos de pueblo, patria y nación surgiendo un especial interés por la lengua, la literatura y el folclore.

• Naturaleza dinámica.

B) CARACTERÍSTICAS FORMALES

• Ausencia de reglas.
 La literatura aboga por la mezcla de géneros.

• Renovación métrica.

• Renovación léxica.

• Exaltación retórica.
La vehemencia sentimental y expresiva explica la sobreabundancia de exclamaciones, frases entrecortadas, puntos suspensivos, hipérboles y, en general, un tono de hinchazón retórica caracterizado por el lenguaje figurado con la abundancia de imágenes, metáforas y comparaciones. Nada de sencillez: exceso verbal, ironía, burla del artista de su obra, etc.

4. EL ROMANTICISMO EN ESPAÑA

Las peculiares circunstancias históricas y políticas que atraviesa España durante el primer tercio del siglo XIX son las que quizás puedan explicar el tardío y extraño desarrollo que el movimiento romántico tiene en la literatura españolaTras la guerra de la Independencia (1808 -1814), Fernando VII llegó al trono e inició una persecución contra los liberales, partidarios de limitar el poder real mediante una Constitución que asegurara ciertos derechos a los ciudadanos. Muchos liberales se vieron obligados a exiliarse a Inglaterra y a otros países europeos, donde vivieron en contacto con el movimiento romántico. Si bien con el trienio liberal (1820 -1823) retornó la libertad de expresión con publicaciones como El Europeo, la llamada década ominosa (1824 -1833) supuso un recrudecimiento del absolutismo borbónico que frenó el desarrollo del Romanticismo. Tras la muerte del rey, en 1833, se promulgó en España una amnistía que permitió el regreso de los exiliados, y fue entonces cuando el Romanticismo se impuso en España. Así pues, el desarrollo del Romanticismo se produjo en España entre 1833 y 1850.

4.1. LÍRICA

 Los autores más destacados fueron:

4.1.1. ESPRONCEDA (1808-1842) 
El poeta que mejor representa el modelo de poeta rebelde romántico es Espronceda. Su faceta literaria más importante es la de la poesía, tanto en su vertiente lírica como en la narrativa.

 Poesía romántica. Escrita tras su regreso a España después de su exilio en Inglaterra, aborda al principio los temas convencionales del romanticismo histórico, pero produce sus frutos más logrados cuando evoluciona hacia un Romanticismo liberal en el que abundan los tonos sociales: defensa de los seres marginales, identificación con los proscritos, desprecio de las normas y aspiración a una libertad absoluta,Canción del pirata El verdugo, El mendigo, El reo de muerte, A una estrella, A Jarifa en una orgía.
 Sus dos grandes poemas, El estudiante de Salamanca y El diablo mundo, si bien son básicamente narrativos, constituyen un ejemplo de la mezcla de géneros propia del Romanticismo, pues no faltan pasajes tanto líricos como dramáticos.

 El estudiante de Salamanca, publicado en 1840, es su obra mejor construida. Cuenta la historia de don Félix de Montemar, un cínico donjuán en la Salamanca del siglo XVII. El protagonista, tras seducir y abandonar a Elvira, que muere de pena de amor, mata en duelo al hermano de la fallecida. A partir de ahí, la visión romántica va apoderándose del poema: don Félix avanza por la callejuela donde ha tenido lugar el duelo y persigue a una fantasmal dama que encierra un gran enigma, y que resulta ser el esqueleto de Elvira -la muerte misma-, con quien consuma un matrimonio macabro y acaba bailando una danza horripilante, rodeado de espectros. El episodio acaba con una sucesión de versos ordenados de mayor a menor (de diez a dos sílabas, en escalas métricas). La vida de don Félix se va extinguiendo al mismo tiempo que se reduce el número de sílabas.
• El diablo mundo constituye el primer intento de concebir una obra totalizadora del sentido del hombre en el mundo. La obra carece de plan previo, ya que fue publicada por entregas durante 1840 y 1841 y, además, se encuentra inacabada. Cuenta la historia de un anciano desengañado que se transforma en un joven, Adán, que desconoce el mundo. Se trata del mito del ser puro. La variedad del texto y de los ambientes sociales reflejará que el mundo no admite la inocencia ni los sentimientos puros. El amor es también un imposible, lo cual se deriva asimismo del famoso pasaje del.Canto a Teresa Al polimorfismo temático va unido el lingüístico y métrico, pasando constantemente del estilo llano al elevado y utilizando formas estróficas muy variadas.

4.1.2 GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER (1836-1870), BÉCQUER  Volverán las oscuras golondrinas

En la segunda mitad del siglo XIX, el Romanticismo pervive en la obra de dos poetas que adoptan una línea intimista: Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. Ambos pertenecen a la mejor tradición de la lírica española. Gustavo Adolfo Domínguez Bastida nació en Sevilla en 1836. Con dieciocho años se trasladó a Madrid, donde trabajó escribiendo en periódicos y adaptando obras extranjeras. En 1858 se enamoró de Julia Espín, hija de un compositor, y, aunque su amor no fue correspondido, todo parece indicar que fue esta mujer quien le inspiró sus célebres rimas. Murió en Madrid en 1870, con 34 años de edad.

A pesar de su corta vida, Bécquer escribió varias obras, entre las que destacan dos: las Rimas y las Leyendas. La poesía de Bécquer se publicó en 1871 de forma póstuma. El autor había entregado al político y periodista Luis González Bravo un manuscrito con sus poemas, pero éste se perdió en un incendio. El poeta reescribió el libro y compuso un nuevo manuscrito: El libro de los gorriones. Tras la muerte de Bécquer, sus amigos reordenaron ese poemario, de modo que las poesías (las llamadas rimas) reflejaran el proceso de una historia de amor y lo publicaron bajo el título de Rimas. Las rimas son poemas breves, de tono popular y gran musicalidad, que versan sobre la creación poética o sobre el amor. Están organizadas en cuatro bloques:

• Rimas I a VIII. Tratan sobre la poesía, el acto de la creación y el poeta:

Yo sé un himno gigante y extraño
 que anuncia en la noche del alma una aurora,
 y estas páginas son de ese himno
 cadencias que el aire dilata en las sombras.

• Rimas IX a XXIX. Tienen por tema el amor visto de una forma esperanzada y alegre:

 Oigo flotando en olas de armonía
 rumor de besos y batir de alas;
 mis párpados se cierran… ¿qué sucede?
 –Es el amor que pasa.

• Rimas XXX a LI. Se centran en el desengaño amoroso:

Asomaba a sus ojos una lágrima
 y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
 y la frase en mis labios expiró.

• Rimas LII a la LXXVI. Giran en torno a la soledad, el dolor y la muerte, tratados con un tono angustiado:
En donde esté una piedra solitaria
 sin inscripción alguna
 donde habite el olvido,
 allí estará mi tumba.

Bécquer crea en sus rimas una nueva forma de expresión poética, caracterizada por el tono intimista y melancólico, el simbolismo y una sencillez opuesta al retoricismo y a la exaltación de los primeros románticos. Él mismo concibe sus poemas como muestras de una poesía «natural, breve, seca, que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con una palabra y huye; y desnuda”. Por su simbolismo y su esencialidad, esta poesía ejerció un fuerte influjo en la poesía moderna, especialmente en autores como Juan Ramón Jiménez o en los escritores de la llamada Generación del 27.
En lo que se refiere a las Leyendasson un conjunto de relatos en prosa, frecuentemente de origen folclórico, en los que predominan los elementos maravillosos. En ellos se recrea una atmósfera de misterio en la que la realidad cotidiana se confunde con lo fantástico y lo sobrenatural. Bécquer escribiódieciocho leyendas, entre las que destacan El monte de las ánimas Maese Pérez el organista, El rayo de luna o Los ojos verdes. Todas ellas son relatos llenos de lirismo que se encuentran entre los mejores de la literatura fantástica española.

4.1.3. ROSALÍA DE CASTRO (1837-1885) Y EL “REXURDIMENTO”

La figura más importante de la lírica del Rexurdimento gallego fue Rosalía de Castro (1837-1885). Su obra literaria comprende dos libros en gallego, Cantares gallegos y Follas novas, y un libro en castellano, En las orillas del Sar. Su poesía, al igual que ocurre con la obra de Bécquer, se inscribe dentro de la poesía intimista de la segunda mitad del siglo XIX. Rosalía de Castro adoptó un tono sencillo, directo y sentimental, y despojó al Romanticismo español de los excesos altisonantes y exaltados que lo habían caracterizado en sus inicios, dando un nuevo aliento más sincero y moderno
a los poemas, tomando muchos elementos de la poesía popular y del folclore gallego.

4.2. EL DRAMA ROMÁNTICO
El período del drama romántico en España es de corta duración: se inicia en 1834 con La conjuración de Venecia de Martínez de la Rosa y con El Macías de Larra y finaliza en 1849 con Traidor, inconfeso y mártir de Zorrilla.
El tema principal de las tramas románticas es el amor, un amor absoluto e ideal, que está por encima de las convenciones sociales, más allá del bien y del mal, lo cual es un imposible que conduce a la muerte.A menudo se suelen desarrollar en un marco histórico, normalmente de la historia nacional, aunque captando sólo la anécdota y el detalle pintoresco.


Los dramas románticos conocerán un éxito de público muy rápidamente.

4.2.1. EL DUQUE DE RIVAS (1791-1865) Y DON ÁLVARO O LA FUERZA
DEL SINO
En 1835, el éxito correspondió al Don Álvaro o la fuerza del sino de Ángel Saavedra, duque de Rivas, que simboliza la lucha del individuo contra las convenciones sociales y el destino. 

El argumento de la obra tiene como protagonista a Don Álvaro, un indiano de orígenes nobles que se enamora de Leonor y cuyo padre se opone a la relación por creerle plebeyo. Cuando los dos amantes planean fugarse, se presenta el padre de Leonor y don Álvaro lo mata accidentalmente. Horrorizado, don Álvaro huye a Italia, donde conoce a don Carlos, con quien traba amistad. Pero al fin don Carlos, que es hermano de Leonor, descubre la identidad de don Álvaro y le reta a un duelo. Don Álvaro mata a don Carlos, de modo que una vez más se cumple el aciago sino (destino) del protagonista. Huyendo nuevamente de su infortunio, don Álvaro regresa a España y profesa como fraile en un convento. Pero otro hermano de Leonor, don Alfonso, da con él y exige venganza. En un nuevo duelo, don Álvaro le hiere mortalmente. Leonor, que tras la muerte de su padre se había retirado a vivir como eremita cerca del convento donde se encuentra don Álvaro, es reclamada para atender al moribundo y Alfonso, en su agonía, la mata por creerla cómplice del protagonista. Desesperado, Don Álvaro se arroja por un precipicio ante la mirada horrorizada de los frailes. 

Don Álvaro es víctima del destino y del rechazo de la sociedad. A lo largo de la obra, ninguna de sus acciones puede evitar la desgracia: huye continuamente, pero el código social del honor y un hado cruel e implacable le persiguen haciendo imposible su felicidad. El suicidio de don Álvaro es, desde la perspectiva romántica, no sólo un acto de desesperación, sino, ante todo, un acto de rebeldía, la última manifestación de la libertad individual del personaje.

4.2.2. ZORRILLA (1817-1893) Y DON JUAN TENORIO  
         PARODIA DE DON JUAN TENORIO CRUZ Y RAYA
          RESUMEN DE DON JUAN TENORIO EN VÍDEO
José Zorrilla nació en Valladolid y muy joven se dio a conocer como poeta, en el entierro de Larra. Viajó por Europa y desempeñó cargos en México. Ingresó en la Real Academia en 1869 y fue coronado como poeta en 1889. En 1837 publicó su primer libro, Poesías, y comenzó su carrera dramática, por la que principalmente es conocido, gracias a Don Juan Tenorio, cuya popularidad ha perdurado a lo largo del tiempo. En esta obra desarrolla el famoso mito del don Juan, presente en la literatura de todos los tiempos. El autor, con el desarrollo que plantea, da un tono tradicionalista y conservador a la historia, a través de la conversión religiosa del seductor y su salvación cristiana a través del amor.
La obra está dividida en dos partes, de cuatro y tres actos, respectivamente. La acción se desarrolla en Sevilla, en donde se reúnen don Juan y don Luis Mejía para hablar de sus conquistas. Al oír tantas fechorías, el padre de la prometida de don Juan anula su compromiso y doña Inés es ingresada en unconvento, de donde la saca don Juan, ayudado por la criada Brígida. Sorprendido por el padre de la mujer cuando le está declarando su amor a la dama, don Juan mata al padre sin querer y huye. Empieza así una segunda parte separada por un lapso de cinco años. Esta separación temporal permite que la segunda parte comience con la visita de don Juan al panteón, que su padre ha mandado construir. De esta manera, la primera parte supone el enfrentamiento de don Juan con la sociedad; y la segunda parte, con lo sobrenatural, con los muertos.
 1ª Parte:
Don Luis Mejías ha perdido la apuesta que hizo con Don Juan Tenorio hace un año. Cuando se reúnen para ver quien ha perdido la apuesta, Don Juan le dice a  Don Luis que le quitará a su prometida, doña Ana de Pantoja y además conquistará a una novicia.
El comendador Don Gonzalo de Ulloa, padre de Doña Inés, que era la prometida de D. Juan, anula el compromiso al enterarse de la conducta de D. Juan.
Don Juan le jura a Don Gonzalo que le quitará a su hija que está en un convento de novicias.
Por la noche Don Juan engaña a Doña Ana haciéndose pasar por su prometido Don Luis, después Don Juan escala el convento donde está encerrada Doña Inés y la rapta.
Don Juan se enamora de Doña Inés y ella también de él.
D. Luis y D. Gonzalo se enfrentan a D. Juan y D. Juan los mata y, cuando va a huir, salta por la ventana y Doña Inés del susto muere, Don Juan huye a Italia.
Segunda parte:
Mas tarde D. Juan vuelve a Sevilla y visita el panteón de los Ulloa donde está enterrada Doña Inés, que murió de amor, así como el comendador y D. Luis.
Doña Inés también hizo una apuesta pero ella la hizo con Dios: si ella lograba que D. Juan se arrepintiera,se salvarían  los dos y, si no lo conseguía, los dos se  condenarían eternamente.
D. Juan invita al comendador a cenar y el comendador lo invita a su vez a compartir mesa de piedra con él en el panteón, y cuando está a punto de llevarse a D. Juan al infierno Doña Inés interviene y le ruega a D. Juan que se arrepienta.

Doña Inés gana la apuesta y los dos suben al cielo entre cantos e imágenes celestiales.

4.3.- LA PROSA ROMÁNTICA
Distinguimos dos direcciones temáticas: la evocación histórica y la pintura de costumbres.

A la primera corresponde la novela histórica, de mucho éxito en Europa gracias a las narraciones del escocés Walter Scott. Son novelas ambientadas en la Edad Media, melodramáticas, superficialmente históricas y comprometidas, que buscan iluminar el presente a través de ejemplos pasados como Los bandos de Castilla de Ramón López Soler, El doncel de Don Enrique el doliente de Larra en 1834, o El Señor de Bembibre de Gil y Carrasco en 1844.



4.3.1 MARIANO JOSÉ DE LARRA (1809-1837) Y EL MAL DU SIÈCLE ESPAÑOL
MARIANO J. DE LARRA. VÍDEO
Aunque Larra no se identificó plenamente nunca con el Romanticismo, lo cierto es que suele ser considerado como el prototipo del literato romántico español por cuanto simboliza perfectamente el rechazo de la realidad y el espíritu combativo. Su vida y su obra estuvieron unidas y marcadas por los desengaños.
Si bien escribió diversas composiciones en verso, alguna obra teatral y cierta novela histórica, sin duda alcanzó la talla de escritor con su actividad periodística.

La prensa periódica en el siglo XIX supuso un medio de comunicación imprescindible para la sociedad moderna. La literatura se acomodó a los reducidos formatos de la prensa y ésta se convirtió, asimismo, en un vehículo perfecto de propaganda de las nuevas ideas, de opiniones y proyectos. Nace así el artículo periodístico como género caracterizado por una prosa llana y directa y por uno tono didáctico.
Publicó muy joven, en 1828, El duende satírico del día. En 1832, regresó al campo del periodismo con una nueva revista íntegramente redactada por él: El pobrecito hablador. Se publicaron catorce números en los que pueden encontrarse ya muchos de los mejores artículos: El casarse pronto y mal o el Vuelva usted mañana..., donde utiliza el molde formal del artículo costumbrista con el propósito de modificar una realidad social que reprueba.

Una posible clasificación de los artículos suele ser de orden temático:

 Artículos de crítica literaria y cultural: reseñan estrenos teatrales, conciertos y muestran sus gustos literarios, en los que defiende la libertad creadora:
"Libertad en literatura, como en las artes, como en la industria, como en el
comercio, como en la conciencia."

 Artículos políticos: comentan las vicisitudes políticas de cada momento. Larra se muestra como un hombre comprometido socialmente y, además, muestra una visión pesimista de la política y de la existencia en general. Destacan Nadie pase sin hablar con el portero o Tres no son más que dos.

• Artículos de costumbres: son fundamentalmente satíricos. En ellos, se censuran comportamientos y usos sociales diversos: la holgazanería, la hipocresía, la suciedad, el mal gusto, las casas pequeñas o la burocracia. Su intención es modernizar España. Algunos títulos son: El casarse pronto y mal, El castellano viejo, Las casas nuevas,Vuelva usted mañana

Larra, en sus últimos artículos El día de difuntos o La nochebuena de 1836 va más allá de lo social para alzarse a un plano existencial y expresar una concepción desengañada y trágica de la vida.

El propio suicidio de Larra el 12 de febrero de 1837 se convirtió en un texto, que, junto con sus últimos artículos, estableció en la cultura española la imagen prototípica del Yo romántico alienado como poète maudit.

2. EL REALISMO EN ESPAÑA

En el movimiento realista español suele inscribirse a la denominada “Generación del 68”. Esta generación estaba formada por una serie de escritores considerada nueva clase nacional y la integraban: Pedro Antonio de Alarcón, José María de Pereda, Benito Pérez Galdós, Juan Valera, Leopoldo Alas Clarín, Emilia Pardo Bazán y Armando Palacio Valdés.

4.1. SU ORIGEN: EL COSTUMBRISMO. EL PRERREALISMO

Su implantación es muy tardía respecto a su desarrollo europeo. 

Los autores que destacan en este costumbrismo son:
- Juan Valera (1824-1906).
El tema más frecuente de sus novelas es el amor y, relacionado con él, el “tema del viejo y la niña”. Destaca Pepita Jiménez, que narra la historia de un seminarista, Luis, cuya vocación se ve derrumbada ante los encantos de la protagonista (Pepita). La primera parte de la novela adopta la forma epistolar: son las cartas que Luis escribe a su tío, deán de la catedral. La segunda parte es un relato en el que el deán completa las cartas, contando el enamoramiento de Luis. Un epílogo nos revelará la felicidad de los protagonistas ya casados. Otras obras importantes son Doña Luz (abordando cuestiones de vocación religiosa) y Juanita la Larga.
José María de Pereda (1833-1906).
Es uno de los mayores representantes del realismo regionalista. En sus novelas hay una apología de la vida rural tradicional frente a las novedades y la corrupción de la ciudad. Así, en Sotileza exalta la naturaleza y las gentes sencillas del mar; y en Peñas arriba,la naturaleza y las gentes de la montaña.

4.2. LA NOVELA DE TESIS. EL TRIUNFO DEL REALISMO ESPAÑOL
La crítica acepta que la novela plenamente realista comienza a desarrollarse en España en la década de los 70. La literatura entra de lleno en una serie de polémicas que trae consigo la Revolución de la Gloriosa, produciendo lo que se ha denominado Novela de Tesis. Entre los defensores de este modo de escribir, destaca sobre todo Benito Pérez Galdós, El propio Galdós distinguió su producción literaria en cinco grupos:

  •  Novelas de la primera época: La fontana de oro y Doña Perfecta.
  • Episodios nacionales: distribuidos en cinco series, con un total de 46 tomos, representan un marco amplísimo de la historia española contemporánea, entre la batalla de Trafalgar y la Restauración
  •  novelas españolas contemporáneas: Fortunata y Jacinta 
  •  novelas espiritualistas: Misericordia
  • la dramática.

 NATURALISMO

Se acusará al Naturalismo de inmoral y anticatólico. 
El Naturalismo español no acepta ni la filosofía positivista ni el determinismo del naturalismo francés. La herencia y el medio, que determinan al individuo en el naturalismo francés, en el español sólo le condicionan.
Entre los autores principales de esta tendencia naturalista destacan:

  • -Emilia Pardo Bazán (1851-1921). La autora que introdujo las ideas zolianas en España escribió cientos de cuentos que publicó reunidos en los Cuentos de Marineda. Pero su producción literaria goza de mayor importancia en novelas como Un viaje de noviosque narra la historia de un matrimonio entre un hombre maduro y una joven inculta y adinerada; o La tribuna, la más naturalista de sus novelas, donde describe la dura vida proletaria en una fábrica de tabaco ambientada en Marineda, trasunto literario de A Coruña. También son de suma importancia Los pazos de Ulloa y La madre Naturaleza, que describen la Galicia campesina del XIX, poblada de aristócratas decadentes, caciques, criados codiciosos; en general, se trata de un mundo lleno de ignorancia y barbarie con descripciones minuciosas y documentadas.
  • -Vicente Blasco Ibáñez. (1867-1928) Es el novelista español más cercano al naturalismo francés. Se interesa por los ambientes sórdidos, la crudeza de los temas y la preocupación por las taras hereditarias. Sus novelas están ambientadas en el mundo rural de su tierra, Valencia. Cabe mencionar entre sus obras La barraca y Cañas y barro.


  • - Leopoldo Alas Clarín. (1852-1901) Fue el representante del Naturalismo español y destaca, sobre todo, con La RegentaLa obra cuenta la vida de Ana Ozores (llamada ‘la Regenta´ por haber sido su marido Regente de la Audiencia), marcada por su temperamento apasionado, por la rigidez de la sociedad y por su relación con tres hombres: Víctor Quintanar, su marido; Fermín de Pas, el sacerdote confesor; y Álvaro Mesía, un don Juan que ve a Ana como una conquista más. Los elementos naturalistas se advierten sobre todo en el determinismo del medio y en las circunstancias que han marcado a la Regenta: orfandad, infancia infeliz, educación severa y un ambiente, el de provincias, que la ahoga. La Regenta es, sobre todo, una novela de conflictos, tanto  sociales como personales. Los primeros son producto de una sociedad de transición entre el Antiguo Régimen y la nueva sociedad burguesa, que vive en una serie de contradicciones producidas por las consecuencias de una revolución burguesa que ha dejado prácticamente intactos los cimientos del Antiguo Régimen. Aunque Clarín localiza su novela en Vetusta, nombre simbólico tras el que se esconde Oviedo, trasciende su significación a toda la sociedad española de la primera década de la Restauración: la aristocracia y la Iglesia dirigen la vida social, mientras que la alta burguesía trata de penetrar en este tándem dirigente mediante la cultura (Roncal), la política (Mesía), el sometimiento a la Iglesia o el matrimonio (Víctor Quintanar). Clarín llega a la conclusión de que Vetusta es una ciudad dominada por la mezquindad y la hipocresía, cuyas gentes condenan al fracaso cualquier aspiración que se eleve más allá de sus cabezas. Critica así la hipocresía, la envidia y el espionaje a que se someten unos a otros. Todos los personajes que podemos encontrar en una pequeña capital de provincias tienen su representación en La Regenta: el obispo, los marqueses, el caciques, el obrero, pero no son arquetipos. El esfuerzo de individualización de cada personaje es uno de los rasgos más decisivos de la obra. El segundo grupo de conflictos lo constituían los conflictos personales, entre los que destacan los de la protagonista femenina Ana Ozores. Ella es una mujer con inquietudes espirituales pero la sociedad en la que vive las rechazaIntenta compensar sus tremendas insatisfacciones bien por el misticismo (llevada de la mano del Magistral), bien por el erotismo (incitada por Álvaro Mesía). Al final, se ve defraudada en ambos casos. Fermín de Pas sufre el conflicto entre su ambición personal y sus aspiraciones espirituales, que permanecen dormidas hasta la irrupción de Ana Ozores. En un principio, busca el equilibrio pero no lo logra, ya que Ana no puede ser sólo suya por el espíritu, pues necesita amor humano y por eso se ha entregado a Álvaro Mesía, que es un don Juan decadente sin interioridad vital, incapaz de sentir amor. Uno y otro conflicto muestran así la indisoluble unión entre el espíritu y la materia. 

LITERATURA DEL SIGLO XVIII

CONTEXTO SOCIO-POLÍTICO, IDEOLÓGICO Y CULTURAL.

1. EL SIGLO XVIII ESPAÑOL.

Ámbito político. El siglo XVII acaba con el reinado de Carlos II el “hechizado”, que encarna la decadencia española del momento. Se produce un cambio de dinastía, los Borbón sustituyen a los Austria, tras la Guerra de Sucesión (1701-1714). Con la proclamación de Felipe de Anjou como Felipe V de España después de la firma del tratado de Utrecht (1713), se marca la entrada de las nuevas corrientes del pensamiento europeo y las normas del "buen gusto", dictadas por Francia. Son momentos en los que se fomentan medidas pragmáticas de desarrollo de la producción y del comercio, asociadas al desarrollo de la burguesía. Los monarcas españoles del XVIII, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, impondrán el absolutismo racional y la centralización administrativa como garantía para conseguir el orden y el progreso que preconizaba el Despotismo ilustrado. Favorecerán el desarrollo de las comunicaciones, las ciencias y la enseñanza.

Ámbito socio-cultural. 

Durante eI XVIII se crearon diversas instituciones culturales: en 1712, la Biblioteca Nacional, en 1713 la Real Academia Española de la Lengua quien publicó entre 1726 y 1739 el Diccionario de Autoridades, en 1741 la Ortografía y en 1771 la Gramática consolidando el proceso de fijación de la lengua. También durante este siglo comienzan a desarrollarse las tertulias literarias, las academias, las Sociedades Económicas de Amigos del País, y se crearon las primeras publicaciones periódicas como el Diario noticioso o el Diario de los Literatos de España que estimularon la educación, la cultura, el progreso y el desarrollo del género periodístico.

LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVIII


Periodos estéticos.

En el siglo XVIII encontramos tres tendencias artísticas cuyos límites cronológicos son difusos y que, a menudo, coexisten en un mismo autor y en las mismas obras:

 Postbarroquismo. Pretende continuar el estilo, las técnicas y los temas que fueron característicos del movimiento barroco y de los autores más significativos durante el siglo XVII.  Escritores del barroco  Poetas del barroco

   • Neoclasicismo. El “nuevo clasicismo”, cuyo apogeo tiene lugar en la segunda mitad del siglo, consiste en una vuelta a la tradición clásica que encuentra sus modelos en el Renacimiento hispánico y en el Clasicismo francés e italiano. La literatura neoclásica defiende las normas estéticas de la preceptiva clásica, tales como la distinción entre los géneros literarios, la verosimilitud, la imitación de la naturaleza, el sometimiento a las leyes de la razón, el utilitarismo de la literatura o el respeto a la regla de las tres unidades (acción, tiempo y lugar).

  • Prerromanticismo. A finales de siglo debe considerarse la presencia de la subjetividad y de la espontaneidad, del sentimentalismo y de la melancolía. Asimismo, es característico de esta corriente la ambientación de las obras en una naturaleza estridente, macabra o desbordada: días de tormenta, noches oscuras y tenebrosas, cementerios, ruinas, etc. Todas estas características serán las propias del Romanticismo.

Veamos a continuación cada uno de los géneros más detenidamente.

3.1. LÍRICA
Los poetas del XVIII no fueron “artistas marginados”, sino que pertenecieron en su gran mayoría a la élite directora de la nación: Meléndez Valdés, Jovellanos, Cadalso... eran magistrados, políticos, diplomáticos, militares. Todos ellos cultivaron en mayor o menos medida el género lírico y pulularon por todas las tendencias de la literatura dieciochesca.

• La fábula. Resultó ser un género que se prestaba perfectamente a los propósitos neoclásicos del didactismo en el arte. Por su condición idiosincrásica de someterse a una moraleja aleccionadora, la fábula dejará poco margen al vuelo imaginativo o a la libertad poética. Dos son los fabulistas del XVIII español:
• Félix de Samaniego (1745-1801), que escribió sus fábulas con un estilo prosaico, a veces ramplón, para educar a los niños del seminario de Vergara, adaptando diversas fábulas tradicionales, de Fedro y La Fontaine.
• Tomás de Iriarte (1750-1791) se sirvió de fábulas para inculcar a sus coetáneos unos cuantos principios literarios, limitándose a la enseñanza de la retórica y de la poética con un estilo de gran claridad expositiva. Recuérdese la fábula de El burro flautista y sus irónicos pero ilustrativos versos “sin reglas del arte, / borriquitos hay / que una vez aciertan / por casualidad”.FÁBULAS
               El burro flautista

3.2. EL TEATRO
La polémica comienza con la publicación de la Poética de Luzán en 1737, quien ponía de manifiesto los dislates preceptivos del teatro barroquizante a la luz de las reglas clásicas. Ignacio de Luzán, crítico y preceptista de sólida cultura clásica que se había formado durante su residencia en Italia y que preconiza una poesía más clásica, más clara y más ordenada, exige que el arte sea, además de deleitable, útil, siguiendo la tradición horaciana del “docere et delectare”. En lo que atañe al género dramático, se pretende potenciar el teatro de tipo neoclásico, poniendo orden a los excesos originados por el triunfo de la comedia nueva. Sin embargo, era éste el teatro que triunfaba, destacándose géneros como la comedia de magia, de santos, de figurón… y autores como Antonio Zamora, con títulos como No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague, en la que se retoma el mito de Don Juan acentuando las manifestaciones externas del carácter del protagonista.
Resumiendo el panorama teatral dieciochesco, son tres las tendencias que existen en la actividad dramática:

a) La tendencia neoclásica.

• La comedia sentimental. Teatro rococó, moral, afectado por la ola sentimental del XVIII y de imitación de la llamada comedia lacrimosa francesa. Tiene su arranque en La Petimetra de Nicolás Fernández de Moratín, quien con este ensayo teatral se alza contra los modelos barrocos y sus derivaciones. Destaca también Gaspar Melchor de Jovellanos con El delincuente honrado.

• La tragedia neoclásica. Representa el puente entre la comedia tradicional española y la tragedia romántica. Es un género artificial que surge por imitación de lo extranjero, principalmente lo francés, al amparo de la conocida regla de las tres unidades de las preceptivas neoclásicas: Nicolás Fernández Moratín con Lucrecia o Cadalso con Sancho García. Pero, de entre todos ellos, destaca Vicente García de la Huerta con Raquel (1778), única tragedia del XVIII que tuvo éxito: se representó simultáneamente en todos los teatros de España, se imprimieron en vida del autor 11 ediciones y había unas dos mil copias manuscritas. Triunfó siguiendo las reglas de lugar, tiempo y acción, con ausencia del gracioso, con versos endecasílabos, con un lenguaje lleno de resonancias calderonianas y con un tema, la conjura de los nobles para dar muerte, por razón de Estado, a la judía Raquel, amante de Alfonso VIII, ya tratado por otros dramaturgos y que recreaba un episodio narrado en la Primera Crónica general.

• La comedia ilustrada. Tiene como máximo representante a Leandro Fernández de Moratín (1760-1828), que innova en el terreno de la comedia. Es el único autor que consigue una cierta evolución del teatro a lo largo del siglo ilustrado, pues los intentos de desarrollo de la tragedia resultaron infructuosos. La temática de su obra es de contenido ilustrado e instructivo. Propugna una vuelta al teatro de inspiración clásica, presidido por el “buen gusto”, el equilibrio, el sometimiento a las reglas aristotélicas de las tres unidades, la verosimilitud, el decoro y la separación rigurosa de los géneros dramáticos. En 1796 publica La comedia nueva, obra de contenido metateatral.
Es una sátira contra el teatro que deseaban combatir los neoclásicos, no contra el teatro barroco, sino contra su degeneración dieciochesca. En 1806 publica El sí de las niñas en tres actos y escrita en prosa, su obra más conseguida. En ella expone una de las grandes preocupaciones de los ilustrados: los matrimonios desiguales y la educación de los jóvenes. Suscitó notable polémica e incluso críticas y denuncias a la Inquisición. En ella se narra como Paquita es obligada por su padre a casarse con un viejo, don Diego, aunque está enamorada del sobrino de éste. Este amor es correspondido y será el sobrino quien, encarnando la voz de la razón, hace ver a su tío el error y el disparate del matrimonio que está a punto de protagonizar. Es la obra final de Moratín, que se despide con ella de la actividad teatral. Otro autor destacado en este tipo de comedias ilustradas es Tomás de Iriarte con títulos como Hacer que hacemos, El señorito mimado o La señorita malcriada.

b) La tendencia popular.
• Representada por un género dramático menor como el de los sainetes de Ramón de la Cruz (1731-1794).

3.3. PROSA

La actitud crítica y el didactismo de los ilustrados encuentran su mejor cauce de expresión en la prosa: las ideas y costumbres tradicionales, las falsas creencias, el atraso de las ciencias o los vicios de la educación se critican a la luz de la razón, en aras del progreso científico, y, en definitiva, del bienestar y la felicidad de los seres humanos. Esta misma actitud didáctica derivará en una prosa basada en la documentación y en la observación de la realidad, y con un lenguaje cuidado pero ameno y directo. Por todo esto, y vinculada al auge del periodismo, la prosa ilustrada cultivará en menor medida la narración de ficción y tenderá más a una literatura reflexiva, en forma de cartas, discursos, diarios, memoriales, artículos periodísticos, etc. Será la primera muestra del ensayo en lengua castellana.

Podemos distinguir dos tendencias:

a) La prosa didáctica y personal. Prosa destinada a servir de vehículo para la divulgación de las ideas ilustradas y contribuir así a la reforma de la sociedad. Los
principales ensayistas del siglo XVIII fueron:

• El padre Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764). Monje benedictino que buscó la renovación de la teología combinándola con el nuevo método científico. Pretendía integrar la novedad metodológica y el espíritu científico con el pensamiento de la Iglesia. Entre sus obras cabe destacar el Teatro Crítico Universal, discursos que contribuyeron a difundir ideas básicas como la dignificación del trabajo y los oficios, el utilitarismo, el pacifismo como elemento favorable a la economía o el menosprecio de la nobleza hereditaria y ociosa. Escribe también las Cartas eruditas y curiosas. En ambas obras combate la superstición y el fanatismo, a favor del pensamiento racional; están presentes casi todos los conocimientos del siglo XVIII y abarcan todo tipo de temas: filosofía, historia, matemáticas, política..., con la finalidad de introducir nuevas teorías y desterrar errores comunes en la época. Su actitud es crítica, pues cuestiona las ideas vigentes, que se consideraban insustituibles.

• José Cadalso (1741-1782) es uno de los talentos críticos primordiales del siglo. Su andadura como literato en prosa se inicia con Los eruditos a la violeta, obra publicada en 1772 en la que se critica a quienes presentan una erudición de miscelánea, dedicada a aquellos que pretenden saber mucho con escaso estudio. Su obra maestra fue Cartas marruecas. Participa del gusto del momento por lo oriental, que se inicia en Europa a finales del siglo XVIII. Es una obra epistolar que recoge la correspondencia entre Gazel (joven marroquí), Ben Beley (su protector marroquí) y el español Nuño. Su tema central es el tema de España: el análisis del carácter propiamente español, el atraso de la sociedad con respecto a Europa, el inmovilismo de las clases poderosas, el atraso de la economía, de la reforma agraria... Pero también tiene importancia capital el aspecto costumbrista. Se van denunciando sucesivamente y desde el extrañamiento que permite la visión del extranjero con la técnica del perspectivismo, algunas de las tradiciones y de los hábitos más rancios de la sociedad del momento. Es ya clásica la referencia a la fiesta de los toros, el vestuario, los viajes...

Otra obra destacable de Cadalso son sus Noches Lúgubres, de marcado contenido prerromántico. Dividida en tres noches y sin una sucesión cronológica estricta ni argumental, es una suerte de engarce azaroso de estampas unidas por la presencia de un personaje central como es Tediato, en quien se ha querido ver al propio Cadalso, tras la muerte de su amada. Es en realidad una elegía en sentido pleno, un canto fúnebre, de marcado carácter subjetivo y doliente, caracterizado por los ambientes sepulcrales y nocturnos cercanos al Romanticismo.

• Melchor Gaspar de Jovellanos (1744-1811) encarna el modelo de ilustrado del momento y sintetiza sus condiciones de intelectual polifacético y culto, imbricado en toda una serie de actividades de tipo social y político. Su actividad prosística más destacada se centra en el desarrollo de discursos sobre temas variados. 

b) La prosa de ficción.

• Diego de Torres Villarroel (1694-1770) posee una variadísima obra literaria con una marcada filiación quevedesca en cuanto al estilo. Su fama se la ha granjeado la publicación de su supuesta autobiografíaVida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor Don Diego de Torres Villarroel, un relato novelesco de género picaresco.

• José Francisco de Isla, El Padre Isla (1703-1781). Jesuita, profesor de teología y predicador poseía una disposición natural para el ejercicio de la sátira, ridiculizando las ideas anticuadas y disparatadas.